lunes, 28 de marzo de 2016

VAMPIROS II

La primera vez que escribí sobre vampiros comente que: “No son bellos como "Louis, Lestat, Ángel o Edward" tampoco feos como Nosferatu. Son mortales normales. Están al frente de ti en el metro. A tu lado en el cine o es lo que encuentras en el reflejo del espejo cuando te peinas.
Todos tenemos la dualidad del bien y el mal, por eso la fascinación por el concepto de vampiros porque en el fondo todos tenemos la soledad y la tristeza que ellos reflejan, el tratar de adaptarnos y sobrevivir a una realidad que normalmente es muy diferente a la deseada y que cambia cada vez más rápido. Pero también estamos en la búsqueda de la eternidad, la belleza, el erotismo y sobre todo  el amor inmortal, ese amor que todo lo puede, y que trasciende a la vida incluso a la muerte.


Pero ultima mente leyendo un poco más sobre el tema me doy cuenta  que ciertamente somos unos vampiros que  rendimos culto a la belleza para ocultar nuestros propios moustros como la envidia, avaricia, el rencor, la ira, pero por sobre todo queremos estar cerca de personas que nos entiendan y acepten porque nosotros nos sentimos tan solos creo que una de las cosas por la cual el personaje de Louis era tan famoso era por su extrema soledad, latente tristeza e infinita búsqueda de una felicidad que no encontraba de ninguna manera…  rechazados aunque estemos rodeados de miles de personas, la soledad nos come por dentro y creemos que el amor de alguien más podría ayudarnos a saciar es soledad como el agua sacia al sediento, pero tus propios miedos y tus propios fantasmas a veces espantan a quienes se quieren acercar, tendrías que encontrar a alguien realmente valiente y comprensivo para que eso cambie, pero mientras más esperas, más miedos te invaden y se apoderan de la parte que desea ser realmente amada

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