Una amiga y yo
siempre bromeamos que llevamos la vida un poco como un hámster enjaulado, que
da vueltas siempre en su ruedita… Casa, trabajo, casa cada una en cada país,
con situaciones y oportunidad distinta pero que estamos con la misma rutina y
sin muchas expectativas
Pero a veces
la vida le da un tirón a la jaula y todo tu mundo se mueve y nada queda igual

Su perdida fue
tan sorpresiva que de momentos no lo creía,
siempre la distancia en estos momento es un factor tan implacable, no
poder estar con la familia, ayudarlos abrazarlos con fuerza como si tu abrazo
pudiera protegerlos del terrible dolor…. No, no estuvimos tampoco allí, al
menos no en físico pero si de corazón.
Estas últimas
semanas trato de sacar partido a la distancia y no tener tan presente su adiós.
Pero hay días que es inevitable enfrentarte a la idea de que no estas, que
estarás con tu hermano Dámaso jugando domino y contando chistes, mientras
esperas a los que en algún momento nos tocara reencontrarnos bajo la gracia de
Dios.
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