domingo, 20 de agosto de 2023

3 DIAS DE AMOR Y UNA VIDA

 

Está feliz, viene en el metro recordando la experiencia que tuvo este fin de semana. En su país no es tan libre como desea, en realidad casi nadie es libre, pero una o dos veces al año logra escapar no solo del país, sino también de quien finge ser.

 

Ha conocido a un chico especial, desde el viernes un poco menos de las 12 se encontró con ese guapo mestizo caribeño. Le saludo elocuentemente desde la barra del bar más concurrido de la calle gran vía de Madrid, luces bajas, mucha gente, música electrónica, no le gusta ese estilo pero todo es mejor en Madrid, incluso esa música. Se acerca este moreno sonriendo pícaramente y diciendo que tiene una estatura muy alta para ser de aquí, sonríe y extiende su mano diciendo el nombre de su país en lugar de su nombre, ríe con una carcajada como si le han contado el chiste más gracioso del mundo. Se presenta como Víctor de Victoria fue un gran momento y ahora lo recuerda con dulzura.

 Gracioso, pensó. Casi a las 12, sería como lo contrario a la cenicienta, en lugar de terminar el hechizo, comenzó, lo mejor es que no duró solo una noche, sino tres noches que en ese momento le sabía a gloria. 

 La primera noche fue de  bares y copas hablando un poco de todo y al mismo tiempo de nada, casi al amanecer van por churros y chocolate, se van al piso de Víctor y entre desayuno y juegos se entregan a una pasión desenfrenada.

 Duermen casi todo el día, se despiertan, comen se visten y se disponen a salir de fiesta pero antes deciden cenar en casa de Víctor, no cocinan, solo piden comida variada para comer en  tranquilidad. Empiezan hablando de sus países y lo difícil que es salir de un país donde se supone que están en libertad pero los poderes políticos se asemejan más a una dictadura. Luego se ponen a intercambiar opiniones de literatura ya que les encanta. En lugar de salir prefieren pasar lo que queda de noche hablando y conociéndose, casi toda la noche fue perfecta y solo fue el preludio de la pasión que los consumiría en las siguientes horas.

 El tercer día, aunque un poco cansados, despertaron pronto para pasear por la ciudad y asistir a un par de eventos muy populares en el verano español. Cenan en una pequeña terraza y luego regresan al piso. Víctor en un arranque de sentimiento espontaneo le dice que se quede, que todo sería mejor si se quedara, pero le invade el miedo y dice que no. recogen sus cosas y se despiden. No se hicieron promesas, pero sentía que su vida había cambiado.

 Salió del metro casi sin darse cuenta y luego de varias vueltas encontró su puerta de embarque. El avión con retraso, que sorpresa (pensó) 3 horas que no fueron muy molestas ya que las paso escribiéndose con Víctor (Victoria es lo que siento, se dijo) y por fin llega la hora de subir al avión. Otra hora más de espera dentro del avión. Esta hora si ha dejado a todos un poco más inquietos, pasa algo, se puede sentir en el ambiente, pero el movvimiento interrumpe sus pensamientos. 

 
Empieza la sensación del despegue, a muchos no les gusta, pero siempre parece que estás en una montaña rusa, sonríe, unos minutos después siente que ya están en las alturas, pero de pronto los gritos interrumpen su sonrisa, ve por la ventana el humo y solo pensó en que no podría despedirse.

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