Muchos decían que no era real, que se llamaba transferencia
emocional, y que era normal que en ocasiones pasará pero yo se que no era eso,
sé que era real.
Fue admiración, respeto, deseo, soñar despierta con cada
minuto que te podía ver… y aprender a descifrar tus estados de ánimos por los
gestos de tu rostro, eras como un libro abierto que solo yo podía leer.
No fue transferencia fue sentir ilusión, creer en algo que
pensé que era imposible, porque sentía que ya no podría pasarme algo
maravilloso porque lo más importante de mi vida había pasado mucho tiempo atrás.
No fue transferencia fue emocionarme cada vez que sabía que
te vería... probarme diferentes atuendos como si fuera a una fiesta importante,
como si fuera a una audición o como si fuera al encuentro de lo que creía que
era mi gran tesoro.
No fue una transferencia porque cuando sentía el más mínimo
roce de tu piel, era como una descarga eléctrica en todo mi ser, era como
sentir calor y frio al mismo tiempo y sentir que los vellos de mis brazos se
erizaban deseando que me tocaras otra vez...
Todo me recordaba a ti, la música, las películas, los
libros, pero mi idioma preferido era la música… era como si leyeran mi mente,
mis emociones y yo deseaba compartirla contigo, aunque no estuvieras a mi lado.
No fue una transferencia fue tan real que aun cuando te sé
imposible. Te sueño te deseo. Te pienso... ¿y me pregunto qué habría sido si lo
que soñaba se hubiera hecho realidad? Si yo hubiera podido estar a tu lado,
compartir tus sueños, tus éxitos, tus perdidas… ¿Qué habría sido si me hubieras
visto como yo te veía a ti?
Han pasado años, y aunque ya no estas en mi vida, que solo
puedo tener tal vez unas escuetas líneas de ti, sigo sintiendo esa emoción,
agridulce a veces triste, porque no sabes lo grande e importante que yo siento
aun por ti
Vilmar Barbou